
Sobrecargos de Aeroméxico validarán en consulta nuevo contrato colectivo; el riesgo del no es muy alto
La asamblea aceptó la oferta de aumento de 4.65 por ciento en salarios. Por lo menos la mitad más uno de los 3 mil 120 trabajadores deben votar a favor, aún cuando el 65 por ciento tienen salarios más bajos al estar incorporados a un anexo B.
“¡La autoridad de los sabios no es más que una farsa, nos dice (Antoine) Watteau!”
Thomas Schlesser, en la novela “Los ojos de Mona”
Por El Pordiosero
La revisión del contrato colectivo de los sobrecargos de Aeroméxico debe, aún, enfrentar una aduana cuyo resultado es incierto: la aceptación de por lo menos el 51 por ciento de los trabajadores de la oferta de un aumento del 4.65 por ciento a los salarios.
En la revisión contractual de este año, la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) de México, aceptó mantener vigente hasta el último día de diciembre de este año la cláusula g) del conocido como “convenio covid 2021-2024”, la cual implicó una reducción del 20 por ciento los gastos de alimentación por razones de servicio de los trabajadores.
En la cláusula de ese convenio se establece que a partir del 1 de enero de 2025, “el pago de los gastos de alimentación se cubrirá conforme a las tablas actuales, en consecuencia a partir de esa fecha se continúan aplicando los incrementos trimestrales conforme a lo pactado el el contrato colectivo de trabajo”.
Ese convenio fue firmado el 3 de enero de 2021, por lo que los gastos de alimentación serán los que en esa fecha estaban vigentes.
Las expectativas para que el preacuerdo de revisión del contrato colectivo de trabajo sea aprobado, parecen no ser favorables, debido a que se estima que la gran mayoría -por no decir todos- los que se regulan por el anexo B del contrato colectivo, 2 mil 28, votarán en contra. Son la mayoría de los sobrecargos de la línea aérea, debido a que el resto, 1092 regulan sus relaciones laborales a través del contrato troncal -conocido también como contrato “A”-.
Otro factor a considerar, es el hecho que en la segunda votación -en la primera la oferta fue rechazada por 405 y ninguno a favor- en la que se votó la propuesta sólo 870 lo hicieron por el sí.
Los que votaron por aceptar el ofrecimiento, representan una minoría del 45.5 por ciento de los 1909 trabajadores que debieron haber participado en esa asamblea. En el supuesto que el porcentaje se mantenga en la consulta definitiva, el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral se vería obligado a negar el reconocimiento y por tanto tendrían que reiniciarse negociaciones entre Aeroméxico y la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) de México.
La consulta -ordenada por la Ley Federal del Trabajo– para validar el contrato, pudiera realizarse entre 15 y 20 de junio, debido a que entre la publicación de la convocatoria y el tiempo de análisis que se otorgarán a los sobrecargos, transcurren por lo menos 20 días.
En esa consulta deberán participan por lo menos 51 por ciento de los 3 mil 120 sobrecargos de Aeroméxico.
Si bien en las negociaciones del contrato de trabajo se acordó la conclusión del convenio con motivo de la pandemia de Covid-19, firmado el 3 de enero de 2021, de conformidad con lo establecido en la cláusula sexta, en materia de algunas prestaciones económicas sólo se regresará a las que se pagaban en ese año, como es el caso de los alimentos para los sobrecargos durante el tiempo que estén de servicio.
Incluso Aeroméxico y ASSA de México acordaron que en la revisión del contrato colectivo de este año, “tomando en cuenta las condiciones de la empresa podrán convenir de común acuerdo medidas favorables a los derechos de los trabajadores y a la optimización y viabilidad de la empresa, entre las que se encuentran la posibilidad de continuar con algunas de las condiciones temporales pactadas en este convenio”.
En convenio mejor conocido como precovid, se previó que los salarios de los trabajadores vigentes desde junio de 2019, se mantendrían sin cambio hasta el 31 de diciembre de 2023.
En el segundo párrafo de la cláusula segunda, se convino en que el 1 de enero de 2024 se aumentarían los salarios en el porcentaje que lo hubiese hecho la inflación entre diciembre de 2022 a noviembre de 2023. A cambio Aeroméxico se desistió del conflicto de naturaleza económica que había iniciado ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje por la difícil situación financiera que enfrentaba y que ponía en riesgo su viabilidad.
El sindicato de los sobrecargos era dirigido, cuando ese convenio fue firmado, por Ricardo del Valle, quien permaneció en la secretaría general hasta el 31 de enero del año pasado.
En términos generales, ese convenio implicó para los sobrecargos una disminución del 20 por ciento en viáticos, reducción de recesos y aumento en la jornada básica a 12 horas.
Un vuelo, por ejemplo, Ciudad de México-Bogotá o Tijuana-Cancún en un servicio radial -ida y vuelta-, implica una jornada laboral por debajo de las 12 horas, con lo que se afecta el descanso de los sobrecargos.
Incluso en caso de retraso del vuelo, la jornada se computa a partir del momento en que la nave inicia despegue, por lo que el tiempo de demora no forma parte de la jornada laboral. Hay casos en los que puede irse hasta 18 y 21 horas.
Previamente, en 2014, ASSA de México había aceptado un nuevo sacrificio en los ingresos de los sobrecargos, a fin de que Aeroméxico tuviera condiciones para enfrentar la adversidad económica. Los trabajadores de nuevo ingreso regularían sus relaciones laborales a través de un anexo al contrato colectivo vigente, con salarios y prestaciones muy por debajo de las que estaban vigentes.
Ese contrato, conocido como anexo B se mantiene vigente y regula las relaciones laborales del 65 por ciento del total de los sobrecargos de la línea aérea, esto es 2 mil 28. Debe ser revisado en septiembre, cuando se cumplen los diez años de vigencia.
Un aspecto también importante en la situación actual de los sobrecargos de Aeroméxico, es el hecho que una tercera parte de la dirigencia de ASSA de México, opera de manera irregular -incluso en una abierta violación al estatuto-, luego que el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, le negara validez a la elección realizada en noviembre del año pasado, al no haber participado la mitad de los trabajadores con derecho a voto.
La secretaria general de ASSA de México, Ada Hernández Salazar Loza, decidió que los candidatos de las posiciones en disputa, fungieran como auxiliares de las mismas. El estatuto si bien contempla esa figura, establece que es el titular quien solicita un auxiliar.
La situación al interior de la organización se agravó debido a que la señora Salazar Loza le quito funciones a la secretaria de conflictos, María Lízbeth Contreras Uribe, mientras Krizia Zoe Piotrowski Cisneros renunció a la secretaria de previsión social.
La secretaria de conflictos, de acuerdo con el estatuto, debió asumir la de trabajo -la segunda posición en importancia después de la secretaria general-, ante la falta de reconocimiento gubernamental a la elección del año pasado.
Las posiciones que legalmente se encuentran acéfalas en ASSA de México, son: secretarías de trabajo, tesorería y prensa; una posición por cada una de las comisiones de hacienda, vigilancia y el tribunal de honor y justicia; las vocalías de sobrecargos y de ejecutivos, y la delegación de transportes aeromarítimos.
Según esto, la intención de la secretaria general es que en esas posiciones se convoque a elecciones en noviembre próximo, junto otra tercera parte de las que integran el comité ejecutivo de la organización sindical.